CAPÍTULO 7
Cuando Don Simón,Antonín y Abelino iban de camino a sus respectivas casas,iban hablando de sus cosas.
-Oye Abelino,me han dicho que tienes una amiguita.
-Bueno,-contestaba Abelino haciéndose el remolón-se puede llamar así.
-Y ¿cómo se llama?
-Se llama Florinda y es muy maja,guapa,lista y bondadosa.
-Ah sí,pues ya era hora, porque tú eres un hombre muy bueno y simpático.
-Gracias,y bueno cambiemos de tema.Ya ¿has encontrado una yegua para Don Simón?
-Bueno,ha estado hablando con una llamada Noche.
-¡Queeeee!Esa es la yegua de Tinto y ese por mucho dinero que le des no te la va a vender.
-Si yo no quiero que me la venda,yo sólo quiero que mi caballo procree con su yegua.
-¡Ah!Entonces a lo mejor sí.Bueno ésta es mi casa,adiós.
-Bueno,buenas noches.
Mientras tanto,en la iglesia,Escojoncia estaba rezando con otras monjas.Mientras que Tinto estaba paseando por el jardín de la iglesia.Era muy raro que Tinto paseara por la noche,eso era que le preocupaba algo.Cuando Escojoncia terminó de rezar miró por la ventana y lo vió.Como ella era tan lista se salió al jardín para acompañarlo.Estubieron un buen rato hablando,y cuando llegó la hora de dormir Tinto la dió un beso;ella se puso roja y empezó a tartamudear.
Lucio,como era habitual,se fue a dormir al banco del parque y allí se encontró a los dos italianos.Empezaron a conversar y se hicieron grandes amigos ya que compartían aficiones,claro esta que Luci desconocía el plan de los italianos.
Al día siguiente,como era habitual,fue a dar de comer a su ganado.Cuando entró en la cuadra se encotró todo revuelto y lo más grabe fue es que no estaba Noche.Había dessaparecido.
Escrito por Patricia.Le toca a Irene.
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