miércoles, 13 de febrero de 2008

capitulo 9

Se hacía de noche. Antoñín y Tinto continuaban su búsqueda. Cada vez se iban poniendo más nerviosos porque sus respectivos caballos no aparecían. Lo bueno de esto - pensaba Tinto - , era la oportunidad que estaba teniendo de hablar con Antoñín, ya que éste no frecuentaba para nada la iglesia, y así poder compartir con él opiniones en su animada conversación. Igual le pasaba a Antoñín; estaba descubriendo en Tinto unas cualidades que hasta entonces no había sido capaz de ver, ya que tenía formada una idea de él bastante diferente de cómo realmente era.

Lucio, una vez decidido a unirse a Rocco y Salvatore llama a Abelino concertando una cita con él. Quiere pedirle perdón por el mal causado. Esto extraña un tanto a Abelino, pues realmente quien no le ayuda para nada es él, y debería ser él en todo caso quien le pidiera perdón y no al contrario. No obstante, aunque un poco receloso, decide ir.

Pensando en todo lo ocurrido y en lo que le diría a Lucio, caminaba Abelino.

- Buenas noches, Padre. - Buenas tardes Antoñín. Raro verles a estas horas por aquí, y juntos.... dijo Abelino.

-Buenas noches, Abelino, dijeron al unísono. Pues sí, je je.. Las cosas del destino.... Nuestros caballos desaparecen, y nosotros nos unimos... Y tú ¿Dónde vas?

-Pues ya ve Padre, como Vd. bien dice, las cosas del destino... toda la vida sin hablar con Lucio, y ahora, de buenas a primeras, me llama y me pide perdón por todo el mal que le he hecho. ¡ésta sí que es buena!

Tinto, como buen cura, se alegró de escuchar esto. Por tanto, decidió dar un poquito de tiempo a los caballos y acompañar a Abelino a su cita con Lucio.

Rocco, Lucio y Salvatore esperaban ansiosos la llegada de Abelino, pero cuando le vieron llegar acompañado.....

ESCRITO POR MARCOS.LE TOCA ESCRIBIR A IRENE


No hay comentarios: