Capitulo 8
Noche se había ido a ver a Don Simón, porque se había dado cuenta de que era el amor de su vida. Cuando llegó al prado vio las pisadas por donde se había ido Don Simón.
Cuando Antoñin se levanto y se fue a ver a Don Simón se dio cuenta de que no estaba, y se preocupo mucho. Siguió buscándole durante mucho tiempo hasta que se encontró con Tinto, que le pregunto por su yegua, y entonces Antoñin le dijo que su caballo también había desaparecido.
- ¿Entonces donde pueden estar?- pregunto Tinto.
- Me imagino que en el prado donde estuve con Don Simón anoche.
- No le hizo nada a mi yegua tu caballo, ¿verdad?
En esto que Don Simón se había encontrado con Noche, a mitad de camino y prosiguieron los dos juntos hablando sobre lo que les había hecho volver a verse.
Lucio seguía hablando con los italianos, y como era muy tonto ellos pensaron que era el momento de ejecutar su nuevo plan.
- Oye Lucio, a ti en este pueblo no te tratan muy bien, ¿no?
- No la verdad sobre todo Abelino que es el hombre más rico de este pueblo.
- ¿No te apetecería darle una lección por tratarte mal?
Lucio no sabia que decir pero pensó que eso seria lo mejor por no quererle dar ni una pizca de dinero.
Tinto seguía su búsqueda junto con su nuevo amigo, ya que nunca se habían llevado muy bien, porque Antoñin no era católico y Tinto creía que, los no católicos no eran muy simpáticos, pero al estar con el se dio cuenta de que eso no era verdad.
Los italianos le propusieron que le tendiera una emboscada a Abelino y así consiguieran un poco más de dinero, para su verdadero plan.
Lucio llamo a Abelino porque quería disculpar se por todo lo que había pasado los últimos días.
Noche y Don Simón llegaron a un lugar donde el agua del río que pasaba cerca del pueblo era muy clara, y transparente. Don Simón le pidió salir a Noche y ella aceptó pero con una condición:
Que solo ellos dos lo sabrían y que no se lo contarían a nadie.
Noche se había ido a ver a Don Simón, porque se había dado cuenta de que era el amor de su vida. Cuando llegó al prado vio las pisadas por donde se había ido Don Simón.
Cuando Antoñin se levanto y se fue a ver a Don Simón se dio cuenta de que no estaba, y se preocupo mucho. Siguió buscándole durante mucho tiempo hasta que se encontró con Tinto, que le pregunto por su yegua, y entonces Antoñin le dijo que su caballo también había desaparecido.
- ¿Entonces donde pueden estar?- pregunto Tinto.
- Me imagino que en el prado donde estuve con Don Simón anoche.
- No le hizo nada a mi yegua tu caballo, ¿verdad?
En esto que Don Simón se había encontrado con Noche, a mitad de camino y prosiguieron los dos juntos hablando sobre lo que les había hecho volver a verse.
Lucio seguía hablando con los italianos, y como era muy tonto ellos pensaron que era el momento de ejecutar su nuevo plan.
- Oye Lucio, a ti en este pueblo no te tratan muy bien, ¿no?
- No la verdad sobre todo Abelino que es el hombre más rico de este pueblo.
- ¿No te apetecería darle una lección por tratarte mal?
Lucio no sabia que decir pero pensó que eso seria lo mejor por no quererle dar ni una pizca de dinero.
Tinto seguía su búsqueda junto con su nuevo amigo, ya que nunca se habían llevado muy bien, porque Antoñin no era católico y Tinto creía que, los no católicos no eran muy simpáticos, pero al estar con el se dio cuenta de que eso no era verdad.
Los italianos le propusieron que le tendiera una emboscada a Abelino y así consiguieran un poco más de dinero, para su verdadero plan.
Lucio llamo a Abelino porque quería disculpar se por todo lo que había pasado los últimos días.
Noche y Don Simón llegaron a un lugar donde el agua del río que pasaba cerca del pueblo era muy clara, y transparente. Don Simón le pidió salir a Noche y ella aceptó pero con una condición:
Que solo ellos dos lo sabrían y que no se lo contarían a nadie.
Escrito por Irene. Le toca escribir a Marcos.
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