sábado, 19 de enero de 2008

Capitulo 2

En esto que Antoñín decidió crear un espectáculo con Don Simón e iba diciendo:

- ¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean a mi caballo que os va a contar una historia!¡No se asusten, no corran, no tiene tuco!

Toda la gente se acercaba aunque solo por curiosidad de ver algo que nadie se hubiese imaginado que pudiese pasar en un pueblo como el suyo.

Escojoncia que era muy cotilla se acerco a ver porque había tanto alboroto pero cuando llegó no pudo ver nada ya que todos eran muy altos y ella era bastante bajita. También estaba allí el cura Tinto n lo que Escojoncia aprovecho para acercarse a él y ponerse a su lado, entre unas cosas y otras acabaron hablando y yendo se juntos hasta la iglesia.
Cuando termino la función Antoñín había recogido más dinero de lo que el se esperaba, y le dio un descanso a su caballo.
Mientras tanto Abelino salio a dar una vuelta y se encontró con Lucio, claro que como Lucio y Abelino no eran los mejores amigos pues se empezaron a decir:

- Oye, ¿hoy me traerás los cinco céntimos de todos los meses?- pregunto con sarcasmo.
- Si claro solo me faltaba a mi darte mi dinero- respondió él con aire relajado.
- Claro, claro, como esta semana no has ganado nada, ni has conseguido que no te pida todo el mundo pues estas enfadaron-dijo Lucio en tono de burla.
- Ya, ya por lo menos a mi no me han puesto un nombre tan ridículo – respondió Abelino marchándose sin hacer caso a los insultos de Lucio.

Antoñín llamo a sus hijos y los contó lo que había pasado con el caballo que le habían regalado, para sorpresa suya sus hijos ya lo sabían y por eso se lo habían enviado.

Escojoncia se fue con Tinto hasta la iglesia y allí ella se fue a comprar pero antes él la dijo:
- Oye espero que no te quedes allí mucho tiempo – la dijo Tinto
- Note preocupes que no tengo que comprar mucha comida, y sino que el resto lo compre otra, para que yo pueda estar aquí antes para que podamos seguir hablando.

Después de despedirse él se metió dentro y siguió pensando en que era muy guapo y que siempre atraía a todas la mujeres que había en el pueblo y si venia alguna visita también se la ligaba, y así era como él pasaba los ratos que no tenía nada que hacer.

ESCRITO POR IRENE.
LE TOCA A MARCOS

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